Cuando allá por el año 1492 los españoles desembarcaron en las costas del continente americano, los habitantes autóctonos les ofrecían, a modo de obsequio de bienvenida, unocuriosos collares elaborados con palomitas de maíz.
Unos pocos años después, sobre el 1510, cuando Hernán Cortés entró en la ciudad de México observó que los sacerdotes aztecas portaban unos amuletos formados por tiras de palomitas de maíz.
No todos los granos de maíz explotan con el calor. Sabían que esto sucedía en función de la cantidad de agua de su interior.
Para estallar y expandirse bajo los efectos del calor, un grano de maíz debe tener aproximadamente un 15 por ciento de agua. Solo entonces el agua se evapora y el grano se convierte en esa blanca y blandita masa que llamamos palomitas.
Los amerindios sabían que el maíz dulce se debía consumir rápidamente y que, en cambio, el maíz duro era más idóneo para molerlo y hacer harinas y pan.
Para prepararlas tenían tres sistemas:
a)Ensartaban una mazorca con un palo para acercarla al fuego y, posteriormente, recogían los granos que habían estallado.
b)Arrojaban directamente los granos a las llamas y recogían los que salían despedidos al explotar.
c)Calentaban una vasija de arcilla en cuyo interior había arena gruesa, que al calentarse, provocaba el estallido de los granos de maíz.
Como curiosidad, en algunas excavaciones arqueológicas, se han encontrado tumbas con miles de años en cuyo interior había restos de palomitas de maíz como parte del ajuar funerario.
Cómo se hicieron populares?
No fue hasta el año 1880 que no se fabricaron máquinas palomiteras para preparar esta golosina. Pero el problema era que el grano de maíz solo se podía comprar en grandes cantidades, normalmente sin desgranar, por lo que su empleo doméstico no era habitual.
Para intentar solucionarlo, al final del XIX la famosa cadena de tiendas estadounidense Sears ofrecía a sus clientes la posibilidad de adquirir sacos de 12 Kg de mazorcas de maíz indio por un dólar.
No obstante, al estar un cierto tiempo almacenado, se acababa secando demasiado el grano y hacía que la mayoría no explotara.
El problema se solventó en 1907 con la aparición de una máquina eléctrica doméstica que hacía palomitas. En la publicidad se podía leer: “de todos los aparatos eléctricos caseros, nuestra tostadora de maíz es el más ligero. Incluso los más pequeños de la casa podían hacer palomitas de maíz sin riego alguno”.
En 1929 llegó la gran depresión económica americana, que hizo que se incrementara el consumo del barato grano de maíz. Y una de las maneras más habituales y económicas de cocinarlo era tostando el grano haciendo palomitas.
Pero el empujón final para su popularidad llegó, sorprendentemente, gracias al cine.
Por qué se comen palomitas en el cine?
En 1927 llegó el cine con sonido y las grandes masas podían acceder al cine. Antes, con el cine mudo, ir a ver películas era algo que estaba reservado a personas que sabían leer y con cierto estatus social.
Julia Braden, en Missouri, tuvo la idea de que los espectadores pudieran aplacar la tensión que provocaban algunas películas comiendo. Las palomitas de maíz eran ideales para este fin.
Para ello consiguió convencer a los propietarios del Linwoood Theatre para poner en la entrada un puesto para vender cucuruchos de palomitas de maíz.
Tuvo tanto éxito, que en poco tiempo, al ver el tremendo negocio, los dueños de las salas de cine ponían sus propios puestos en las antesalas de los cines.
En 1940 no existía ni un solo cine norteamericano que en su entrada no tuviera un puesto de palomitas. Por tanto, el cine consiguió que este alimento alcanzase unas cifras de consumo que nunca se habían alcanzado. Tanto es así que durante algún tiempo, en algunos puntos del país se llamaban a los cines “pop-corn saloons”, es decir, salones de palomitas de maíz
https://www.curiosfera.com/historia-de-las-palomitas-de-maiz/
Las personas que nos sorprenden con ideas que parecen a veces una tontería, pero que se convierten en grandes ideas, son tan ingeniosas y originales que merecen un aplauso. Forman parte de los inventos que suponen un avance dentro de un pais y del mundo. El de las palomitas de maiz es todo un descubrimiento.
ResponderEliminarUn beso.
¡Cuántas curiosidades aprendo contigo, Norma!
ResponderEliminarMe gusta comerlas en casa viendo una pelicula sin embargo no las suelo comer en el cine y a veces me resulta molesto el chasquido de la gente alrededor más preocupada por comer que por ver la peli.
Besitos
Pues no conocía yo todas estas curiosidades sobre las palomitas.La verdad es que están deliciosas, pero en el cine procuro no comerlas porque engordan.
ResponderEliminarUn beso
Cuántas cosas se aprenden contigo, me ha gustado mucho esta entrada.
ResponderEliminarHoy en día también se venden en los supermercados bolsitas con granos de maíz que al meterlas en el microondas unos minutos se transforman en palomitas de maíz, son muy prácticas para comer palomitas de maíz viendo una peli en casa.
Besitos
Estamos sempre a aprender. Sempre comi pipocas no cinema mas não sabia a razão porque existia esse, digamos que, fenómeno. Aqui, fiquei a saber. Gostei do blogue. Fiquei seguidor
ResponderEliminarCumprimentos
una entrada de lo más interesante y curiosa
ResponderEliminarBsos
Muy curiosas historias sobre las palomitas 👍 gracias por compartir 😉besinos wapa
ResponderEliminarQue interesante dato y yo que iba al cine sólo por comer palomitas y nunca me pregunté de quién salió la idea!....pero ahora que puedes hacerlas en microondas sólo te sientas frente al tele y escoges que ver y listo!!
ResponderEliminarBesotes y abrazos inmensos!!
Nunca he comido palomitas de maíz en el cine. Es más, me fastidia el ruido "crunch, crunch" que producen los que las comen. En fin, es que uno es muy raro, pero me gusta oír el sonido de la película.
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