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miércoles, 22 de septiembre de 2021

¡Un salmón en el bolso!



Los salmones se reproducen en agua dulce, pero migran al mar para alimentarse, desovar y crecer. Los salmones viven en los océanos Atlántico (género Salmo) y Pacífico (género Oncorhynchus)

Tanto la piel como la grasa de los peces acumulan toxinas procedentes de las aguas de ríos o mares. Estos contaminantes también pueden estar en la carne, aunque no siempre en concentraciones tan altas como en la piel. Por este motivo no se considera saludable comerla pero no se deshecha

La tendencia de bolsos veganos o sustentables está cada vez más instalada en nuestra sociedad. Muchas marcas ya incorporaron a sus colecciones ropa y accesorios en cuero ecológico o en otros materiales que no son de origen animal, y que ya son un boom en el street style.

Sin embargo, cuando se trata de grandes etiquetas de lujo, es muy difícil asociarlas con los desperdicios o residuos que van directo a la basura. Y es que Nathalie Dionne, la directora creativa de la marca Thalie Paris, no sólo encontró una manera de reutilizar desechos y colaborar con el medio ambiente, sino también de crear una marca que fuera chic y sustentable al mismo tiempo.

Nacida en Alemania, de padres canadienses, Nathalie Dionne desembarcó en París en 2002 para estudiar moda y managment empresarial en IFM París (Institut français de la mode).

¿Qué fue lo que te inspiró para hacerla con pieles de pescados que ya no se utilizan?.

El año pasado me reuní con los fundadores de Ictyos en Premiére Vision en París, se trata de una joven curtiduría francesa integrante del programa de Startups del grupo LVMH, que reciclaba pieles de salmón de los desechos industriales de las tiendas de sushi francesas. Cuando me enteré de lo que hacían y al ver que las pieles eran tan hermosas, exóticas, de colores llamativos, ¡quedé fascinada! Nadie había hecho bolsos de lujo con desechos industriales y me enamoré de este material.

¿Cómo reaccionan los clientes cuando saben que los bolsos provienen de cuero reciclado?

Bueno, en el caso del salmón reciclado, la mayoría de la gente se sorprende ya que piensan que son pieles exóticas, pero descubren un resultado maravilloso y eso les encanta.



https://www.thalieparis.com/blogs/articles/thalie-chic-sustainable-in-marie-claire-argentina-by-sofia-alurralde

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Mmmmmm!... ¡Qué rico!

¿Sabías que paladeamos con el cerebro?


Hace tres siglos, Jean Anthelme Brillat-Savarin, un jurista francés con cargos políticos tras la Revolución Francesa, fue el primero en vislumbrar las aportaciones entre ciencia y fogones, y escribió Fisiología del gusto (1825). Desde entonces, la ciencia se había centrado sobre todo en la nutrición, en cómo producir comida a escala industrial o cómo crear sabor, y había dejado de lado el placer y qué factores influyen en que encontremos unos determinados alimentos apetecibles o no.

De un tiempo a esta parte, científicos y chefs colaboran e inventan nuevos métodos de tratamiento de los alimentos, como las archiconocidas esferificaciones de Ferran Adrià o las esferas de mojito carbonatadas de José Andrés. Pero ahora es también la neurociencia la que comienza a interesarse por la gastronomía y la gastronomía por la neurociencia. Expertos de ambos campos investigan cómo el cerebro recibe estímulos e informaciones que los órganos sensoriales le envían. A partir de ese caleidoscopio, se analiza y se compone una sola imagen mental para que podamos disfrutar de un buen ágape.

“Lo que hasta ahora no se había investigado a fondo era la relación entre la comida que va a parar a nuestra boca y lo que pensamos de ella”, afirma Peter Barham, físico de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, y coeditor de la revista científica on line Flavour (Flavourjournal.com). “Hemos pasado de estudiar las propiedades físicas y químicas de los alimentos a entender la psicología y la neurociencia de percibir y disfrutar de la comida”, asegura Gordon M. Shepherd, neurobiólogo de la Universidad de Yale, que publica Neurogastronomy, how the brain creates flavor and why it matters (neurogastronomía: cómo el cerebro crea el gusto y por qué es importante, edición en inglés en Columbia University Press).

Aunque el acto de comer comienza en la boca, en realidad paladeamos con el cerebro.“Es un acto puramente sensorial. Toda la información acerca de la digestión no nos la da el aparato digestivo, sino el cerebro”, incide Miguel Sánchez Romera, el único neurólogo en el mundo que es, además, un chef laureado por la Guía Michelin. Y lo hacemos a través de nuestros sentidos –la vista, el oído, el gusto, el olfato y el tacto–, que son las herramientas con que nos ha dotado la evolución para conocer y relacionarnos con el mundo. Los sentidos captan estímulos y los mandan al cerebro, donde se procesan e interpretan.

El cerebro procesa la imagen del alimento, registra la información de forma y color, la codifica, busca en su archivo y relaciona lo que ve con lo ya almacenado e identifica. La visión predispone, prepara y hace concebir expectativas de lo que se degustará a partir de experiencias pasadas. Si vemos un plátano, esperaremos que, al pelarlo, sea del color que sabemos que son los plátanos, y que sepa y huela tal como lo tenemos almacenado en la memoria. Las verduras y hortalizas no siempre tiene ese aspecto tan apetecible que ofrecen los productos que vemos en el mercado. 

Muchas piezas presentan aparentes imperfecciones que, aunque no afectan a su sabor y calidad, provocan rechazo y no son puestas a la venta. Por ese motivo, ha surgido el movimiento Ugly food que pretende luchar contra ese desperdicio de alimentos, y trata de convencer a la opinión pública de la necesidad de consumir dichos productos aunque su aspecto no sea tan sugerente.



https://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20130118/54362032603/el-paladar-esta-en-el-cerebro.html

Gracias por pasar por mi espacio el cual está hecho pensando en vos

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Ahhhh! y no olvides saludarme!
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