Cuando se congelan
los alimentos, las bacterias que puedan tener en su interior se
mantienen latentes y, con una cocción adecuada, se destruyen. Sin
embargo, si no se han descongelado de forma correcta, el tiempo de cocción
recomendado puede ser insuficiente para destruirlas. Y es que no
descongelar los alimentos de forma correcta puede ser una causa de
intoxicación alimentaria. Si en el momento de cocinar el alimento
todavía está congelado, se necesitará más tiempo para cocinar. El
exterior podría estar cocido, pero el interior no.
Además, si se descongela carne, debe tenerse en cuenta que es preferible separarla de otros alimentos para evitar la contaminación cruzada.
Cuando no hay tiempo suficiente para descongelar, es seguro cocinar los
alimentos de forma directa, siempre y cuando se recuerde que el tiempo
de cocción es un 50% superior que si se descongela, sobre todo para la
carne. Hay tres formas de descongelar alimentos de manera segura: en la nevera, en agua fría o en el microondas.
La descongelación en la nevera requiere una planificación previa, sobre
todo para alimentos de gran tamaño. En este caso, el tiempo de
descongelación será mayor que para alimentos de tamaño más reducido, que
pueden tardar unas 24 horas en descongelarse. Cuando se coloca el
alimento congelado en la nevera, debe verificarse la temperatura del
interior, que debe ser de unos 4ºC. Si la cifra es menor, el producto
tardará más tiempo en descongelarse. Es recomendable utilizar un plato
para evitar que goteen los jugos sobre otros alimentos.
Cuando ya se ha descongelado, el alimento debe prepararse y consumir de forma inmediata para prevenir el crecimiento de bacterias.
Este podría volver a congelarse, siempre y cuando no se supere el plazo
de tiempo en el que debería haberse comido. La carne picada, los
mariscos y las aves pueden consumirse hasta uno o dos días después de
haberse descongelado. La carne de cordero, de cerdo o de res, hasta tres
y cinco días tras la descongelación. El pescado es uno de los alimentos
para los cuales más se recomienda utilizar la nevera para descongelar,
aunque es el método más lento, es uno de los más seguros.
Descongelar en agua fría
Esta forma de descongelación es más rápida que la anterior, pero
necesita que se preste más atención. Los alimentos deben estar envueltos
o envasados de forma hermética para evitar que el tejido absorba agua y
se reduzca su calidad, así como para prevenir la contaminación por
bacterias presentes en el agua (si las hubiera). El alimento se sumerge bien cerrado en agua fría y esta se cambia cada cierto tiempo (unos 30 minutos) para que continúe con la descongelación.
Los paquetes inferiores a un kilo pueden tardar una hora en
descongelarse, mientras que los más grandes, de uno o más kilos,
necesitarán al menos dos horas. Si no se cocinan de forma inmediata y se
quieren volver a congelar, los alimentos descongelados mediante este
proceso deberán cocinarse antes de recongelar.
Descongelar en el microondas
La descongelación en el microondas
es una de las opciones más rápidas, aunque deben tomarse precauciones
para evitar que se cocinen los extremos de los alimentos y, en cambio,
el centro quede congelado. Tras seleccionar la opción de descongelación
del microondas, se introduce el alimento de manera que quede espacio
entre este y el interior del electrodoméstico, para que el aire caliente
circule sin problemas. Cortar los alimentos en trozos pequeños (si es
posible) puede ayudar a que la descongelación sea más uniforme. Además,
puede girarse el alimento varias veces durante el proceso. El alimento
debe cocinarse de forma inmediata tras la congelación.
ERRORES EN LA DESCONGELACIÓN
-
No deben descongelarse los alimentos a temperatura ambiente o en agua caliente. El riesgo de contaminación es mucho mayor (el crecimiento de bacterias se produce sobre todo entre 4ºC y 60ºC).
- Los alimentos, una vez descongelados, no deben volver a congelarse
salvo que se cocinen a más de 70ºC durante al menos dos minutos.
- Debe evitarse el contacto directo entre alimentos que se descongelen
y otros que ya estén cocinados, para evitar contaminaciones cruzadas.
- Debe comprobarse el estado del congelador, que no se formen capas
gruesas de hielo en sus paredes o cristales de hielo en los envases.
Mi técnica es comprar semanalmente, congelar y la noche anterior lo paso a un estante bajo del refrigerador ¿Cuál es la tuya?
http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/sociedad-y-consumo/2012/10/25/213860.php