Pero... ¿De dónde viene la tradición de no comer carne'
No comer carne roja o blanca sería, bajo los preceptos cristianos, un acto de purificación que representa el sacrificio de Cristo, un homenaje a su gesta de haber ayunado durante cuarenta días antes de los hechos que desencadenaron en su resurrección. La carne fue seleccionada por su carácter suntuoso y hay quienes la asocian a la lujuria. “La idea detrás de esta práctica que mi sacrificio se convierta en un gesto de caridad, entonces aquello de lo que me privo, el precio que me costaría comprarlo, destinar ese dinero a la limosna, o comprarle algo a quien lo necesite. Que esa abstinencia, además de ser un acto religioso, hable de cómo se despierta mi corazón ante la realidad de los otros”, afirmó el padre Javier Klajner, del Santuario de Nuestra Señora que Desata los Nudos.
La carne, entonces, es apenas un símbolo. Los cristianos pueden privarse en realidad de cualquier otra comida que les guste mucho. El foco debería estar puesto en el espíritu del hecho y no en el sentido culinario. “No importa tanto si se come carne específicamente, lo importante es la actitud estar haciendo algo que implica una ruptura con lo ordinario, para pensar un poco más en las realidades espirituales, a la dedicación de cosas más importantes”, dijo Roberto Bosca, especialista religioso y director académico del CUDES (Instituto de Cultura del Centro Universitario de Estudios).
La sugerencia es despreciar el asado, el vacío, la entraña, las achuras, y darle paso al pescado. El sentido genuino de no comer carne y sí pescado es porque, en la cuenca del mediterráneo y en Palestina, el pescado era mucho más barato que la carne. Y como se buscaba prescindir de lo más oneroso y sustancioso, el pescado cobró mayor presencia en esta fecha.