“Vale más la pena prevenir que curar”. Galeno.
Desde la cocina no
sanamos a los enfermos pero si tenemos la opción de no enfermar a las personas,
pero ante el aumento de enfermedades ligadas a la malnutrición, comprometiendo
seriamente los sistemas de salud que tanto ha costado articular, cabe
preguntarse ¿Y si volvemos a la comida como lo que es, es decir la mejor
medicina de la que dispone la humanidad?
Pulmón, hígado y riñón son nuestros grandes filtros. No unos
filtros cualquiera, son unos que trabajan 24 horas al día filtrando cada uno 5
litros de sangre por minuto. Es decir ¡le pedimos a tres órganos que sumados no
pasan del tamaño de seis puños, que limpien diariamente un camión de basura de
más de 7 toneladas de sangre sucia!
¿Pero qué es lo que deben filtrar?, pues nada menos que los
residuos metabólicos del sistema celular. La sangre arterial lleva
oxígeno,
azúcares, grasas, proteínas y minerales para nutrir el sistema celular y
hacer
que las células vivan; pero como en todo ser vivo, esas células excretan
residuos en el proceso. Si le doy proteína a la célula, esta excreta
ácido
úrico. Si le doy grasas, excreta ácidos grasos. Si le doy oxígeno, ácido
carbónico. En pocas palabras, tenemos tres filtros cuya labor es limpiar
la
sangre, a través del sistema venoso, de todos los ácidos que producen
las
células en su proceso de vida.
Todo filtro se tapa. Se tapa especialmente si nadie se ocupa
de limpiarlo. Con la sutil diferencia de que en un auto se pueden cambiar los
filtros cuando esto sucede, pero cambiar un pulmón, un riñón o un hígado es
otra cosa. Así que a veces nuestros filtros se obstruyen y comienzan a retener.
Como los tres ácidos mencionados no pueden acumularse en la sangre porque
moriríamos por acidosis metabólica, comenzamos a guardar estos ácidos en el
espacio intersticial (alrededor de las células) a la espera de poder drenarlos
luego. Comenzamos así a “empantananar” al sistema.
Un sistema empantanado que dificultará la nutrición de las
células, que no dejará que les llegue bien el oxígeno. Un sistema cáustico que
con su acidez quema a esas células. De la noche a la mañana nos encontramos en
un sistema en el que nuestras células comienzan a ahogarse en sus propios
residuos.
Una célula no es una tuerca reemplazable. Es un ser vivo que morirá o intentará sobrevivir. Si mueren las
del cerebro, Alzhéimer. Si mueren las de la base del cerebro, Parkinson. Si
esos ácidos acumulados queman la mielina que recubre los nervios, Esclerosis; y
un largo pare de contar.
Pero a veces esas células deciden defenderse para sobrevivir,
y esas que se aferran a la vida lo hacen mediante cuatro mecanismos: a veces se
envuelven en agua (un caso clásico de gente que engorda sin causa aparente), otras
veces convierten esos ácidos en sales no corrosivas mediante reacciones
químicas que logran robando calcio y sodio a los huesos (de hecho la
osteoporosis se considera un ataque ácido a los huesos), generando calcificaciones
(en las mamas por ejemplo), que no son más que un aviso del cuerpo alertando un
mal en mayor en ciernes. Una tercera opción de defensa que tiene la célula es
drenar esos ácidos a través de la piel. Ese ataque químico a la piel producirá
dermatitis, y si el drenaje es hacia las mucosas, aparecerán llagas de esófago
o de boca.
Pero la más dramática medida que toma una célula ante un
medio ácido de sus propios excrementos que la envuelve, es aprender a vivir en
esa piscina sucia y sin oxigeno. Es cuando muta a una especie de Frankestein muy
alcalino capaz de vivir en un medio muy ácido. Eso es lo que hoy llamamos
cáncer. Muchos de esos Frankestein unidos son un tumor. Esos tumores matan, así
que no queda otra que eliminarlos.
Cuando aparecen estos tumores, la medicina moderna propone
tres medidas: decapitarlos en la guillotina (cirugía), achicharrarlos en la
hoguera (radioterapia), o envenenarlos (quimioterapia). Una medicina anclada en
los preceptos del siglo XII. Pero ya que hablamos del medioevo, queda una
cuarta opción de esa época para acabar con el enemigo: el asedio quitando agua
y comida hasta esperar que muera.
Este asedio perfecto a un ejército de células mutantes saladas
que saben vivir sin oxígeno, se lograría rodeándolas de algo que aprendieron a
no necesitar como es el oxígeno, y quitándoles las dos cosas que necesitan para
vivir: sal y acidez.
El asedio mediante hiper oxigenación al sistema ha puesto de moda
recursos como la ozonoterapia, y quitarles la sal se puede lograr en gran medida
comiendo menos de ella, o mediante una vieja y olvidada medicina: baños de sal.
Basta que un paciente se bañe con regularidad en una solución de 100 litros de
agua (media bañera) con dos kilos de sal, para lograr que en forma natural se de
una diálisis subcutánea por ósmosis.
Lograr que el medio alrededor de la célula cancerígena deje
de ser ácido (recordemos que esta nueva célula necesita a la tóxica acidez para
vivir) se logra “alcalinizando” al enfermo. Aquí es cuando entra la olvidada
nutrición en la fórmula. La forma ideal de alcalinizar el sistema es mediante
una dieta alcalinizante.
La dieta cárnica es acidificante por naturaleza y la
vegetariana es alcalinizante por naturaleza. Ambas, aseveraciones fáciles de
probar con exámenes de orina. De paso un filtro sucio no es un filtro roto, o
sea se puede lavar, y una dieta de vegetales es 95% agua, por lo tanto una
aliada natural a la hora de lavar hígado, pulmón y riñón… no olvidemos, los
tres filtros protagonistas de esta historia ¿Significa esto que hay que hacerse
vegetariano?, No. Pero limpiar de vez en cuando los filtros no viene mal.
Comer vegetariano de vez en cuando, hacer baños de sal,
depurarse mediante plantas… pareciera que nuestros abuelos sabían muchas cosas
y en algún momento dejamos de escucharlos. Comer correctamente no es más que un
manual de instrucciones que coloca al cuerpo en condición de poder curarse a si
mismo. Comer correctamente es la vida.
http://sumitoestevez.blogspot.com.ar/
Una muy interesante entrada. Si nos parasemos a pensar en el trabajo que realiza nuestro cuerpo diariamente, lo tratariamos mejor
ResponderEliminarUn abrazo
Estoy de acuerdo en que una dieta sana y equilibrada nos libraría de más de un susto de salud y que de vez en cuando hay que depurar el organismo para darle un respiro, pero no estoy de acuerdo en que la dieta de nuestros abuelos fuera mejor, por lo menos de los que yo conozco. Aunque los vegetales se cogieran del huerto y el aceite de oliva estuviera recién hecho, las frituras con estos ingredientes abundaban y las grasas de tipo animal también. Yo creo que solo poniendo un poco de cuidado y sentido común, nuestra dieta puede ser muy rica y saludable y así tener contento a nuestro cuerpo.
ResponderEliminarUn beso.
La dieta sana es esencial para el buen funcionamiento así que el ejercicio, pero por lo menos tener conciencia de lo que pasa por nuestro organismo.
ResponderEliminarMuy interesante, un abrazo.
Excelente consejo, es cierto, yo subí de peso y con esfuerzo ya estoy volviendo a ser el de antes, una dieta sana ayuda, saludos desde El Blog de Boris Estebitan.
ResponderEliminarLa mejor prevención, es desde luego, una dieta sana y equilibrada y un un poco de ejercicio diario, así creo que estaríamos perfectamente.
ResponderEliminarUna entrada super interesante y muy constructiva.
Besitos.
Impresionante toda la información que aportas y muy útiles tus consejos pero estoy de acuerdo con Mª Dolores: nuestros abuelos comían peor (cuando comían...) y se cuidaban menos; la prueba es que la esperanza de vida no hace más que crecer sin embargo es cierto que agudizaban la imaginación para paliar con remedios caseros sus problemas ya que de los otros remedios carecían. Un beso
ResponderEliminarMuy interesante la informacion. Hay que cuidarse. besicoss
ResponderEliminarEstoy plenamene de acuerdo.
ResponderEliminarUn beso
Excelente información la que nos muestras a esta entrada y muy a tener en cuenta. Un beso,
ResponderEliminarAmparo
La alimentación es parte fundamental de nuestra salud, nos lo dicen cada día, prácticamente en todos los medios, pero tengo la sensación de que no prestamos la suficiente atención a este tema tan importante
ResponderEliminarAbrazos!!!
Totalmente deacuerdo!besos
ResponderEliminarAdemas de la comida chatarra el stress causa estragos.
ResponderEliminarMuy bueno leerte
Cariños y buena semana
Excelente información, lástima que a veces nos dejamos llevar por "los antojos".
ResponderEliminarBesos
Todo con medida, aunque de vez en cuando puede uno consentirse un poco sin exagerar siempre y cuando comamos sano, muy buena informacion como siempre,
ResponderEliminarBs!
Es mi primera visita y esta entrada me ha enganchado, estoy segura de que los remedios de nuestras abuelas estan llenos de sabiduría y muchas veces son faciles de usar.
ResponderEliminarMe quedo por aquí
Saludos