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sábado, 13 de diciembre de 2025

Los higos no son frutos ¿Lo sabías?


Los higos han sido cultivados por la humanidad desde hace miles de años y han sido mencionados en numerosos textos históricos y religiosos. En el antiguo Egipto, los higos se consideraban un alimento sagrado y formaban parte de la dieta de los faraones. También aparecen ejemplos en la mitología griega, donde se les atribuye un origen divino.
Se trata de un fruto que contiene una gran cantidad de azúcares naturales, además de minerales y vitaminas beneficiosas para la salud. Su alto contenido en fibra lo convierte en un alimento ideal para la salud digestiva, y su aporte calórico hace que sea una fuente de energía perfecta para momentos en los que necesitamos un aporte extra de energía, como, por ejemplo, antes o después de la práctica de ejercicio físico.

Cambian de color con el tiempo

Los higos no tienen un color uniforme a lo largo de su crecimiento. Antes de madurar, presentan un color verde, pero conforme se van desarrollando, su tonalidad cambia a amarillo, rojizo o incluso morado oscuro. En plena temporada, los higos maduros pueden presentar una piel de color intenso y una textura suave que indica que ha llegado el punto óptimo para consumirlas.


La estructura del higo: una maravilla de la naturaleza


A pesar que popularmente solemos considerar a los higos como frutos, en realidad, se trata de infrutescencias. La higuera produce una especie de flores invertidas que quedan encerradas dentro de pequeños sacos con forma de pera llamados síconos. Cuando estas flores son polinizadas, se desarrollan los múltiples pequeños frutos que conforman el higo tal y como lo conocemos.

La polinización es el resultado de una estrecha relación de simbiosis con una especie de avispa. Existen síconos masculinos y femeninos, y las avispas ponen sus huevos en los masculinos, que no son comestibles. Cuando las larvas emergen, las avispas femeninas fertilizadas buscan nuevos síconos para depositar más huevos. En los saquitos femeninos, el conducto de entrada es más estrecho, lo que provoca que las avispas pierdan sus alas y queden atrapadas dentro.


Al intentar salir, fertilizan las flores internas y, finalmente, el higo las absorbe mientras crece. No obstante, esto no significa que haya restos de avispas dentro de los higos que consumimos, ya que la higuera produce una enzima llamada ficina que descompone completamente a estos insectos, proporcionando las proteínas necesarias para el crecimiento y desarrollo de esta infrutescencia. Sin duda, es una de las cosas más curiosas sobre el higo. Ahhh!... no te preocupes los higos que se comercializan se reproducen por esquejes.

Son crujientes?

Existe el mito de que la textura crujiente de los higos se debe a las avispas que han quedado en su interior, pero esto es falso. En realidad, la textura crujiente proviene de las pequeñas semillas que contienen, las cuales son los verdaderos frutos individuales que componen la infrutescencia que conforma el higo tal y como lo conocemos.

Los higos tardíos se convierten en brevas

Si bien los higos y las brevas provienen del mismo árbol, no son exactamente el mismo tipo de fruto. La diferencia radica en la temporada de recolección: los higos están listos para cosechar entre finales del verano y principios del otoño, mientras que las brevas maduran entre mediados y finales de la primavera.

Las brevas suelen ser más grandes que los higos y presentan una forma alargada, similar a la de una pera, aunque más achatada. Su piel es más gruesa y menos propensa a agrietarse conforme maduran. Además, su pulpa es más firme y menos jugosa, con un sabor ligeramente menos dulce que el del higo.

Los higos se pueden dejar secar

El higo seco es un manjar que se consume tradicionalmente durante la Navidad y otras épocas del año en las que no es posible encontrar higos frescos. Para secarlos, se deben colocar en un lugar aireado, cubiertos con un paño o mosquitera para protegerlos de insectos y pájaros. También deben resguardarse de la humedad, y un truco para acelerar el secado es espolvorearlos con harina de arroz, que ayuda a absorber la humedad. Gracias a este proceso, los higos secos pueden conservarse durante meses.

Sabías que las hojas de la higuera son comestibles?


Las hojas de higuera son valoradas tanto en la cocina como en la medicina tradicional, ofreciendo beneficios digestivos, regulando el azúcar en sangre y aportando un aroma único. Se consumen cocidas y aportan sabor suave, ligeramente herbáceo, con notas dulces parecidas al coco o al higo verde. No son invasivas y combinan bien con platos salados y dulces a los que queremos agregar matices sutiles

Desde aquí Angie nos explica cómo preparar unas galletas con polvo casero de hojas de higuera y aceite infusionado, aportándoles así, notas de vainilla y coco.

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