Para algunos es un pasatiempo, una pasión. Para otros, en cambio, se transformó en una carga, una obligación de la que no pueden zafar. Cocinar, de eso se trata, despierta variados sentimientos. Pero para Matteo Stucchi no hay dudas de que lo enciende poner un pie delante de ollas, sartenes y el horno. Y que lo suyo, por más vueltas que se le quiera dar, es arte.
Nacido y criado en Monza, la ciudad situada al norte de Italia, junto al río Lambro, que actualmente tiene una población que ronda los 122.000 habitantes, Matteo siempre tuvo claro que lo suyo iba a estar dentro de una cocina. Pero no en la de una cantina o amasando pasta: desde chico tuvo una debilidad especial por la pastelería.
Así creció, estudió, se formó y, finalmente, se animó a meterse en el negocio. Su mano y sus ideas lo terminaron convirtiendo en el "confitero" de Monza. Y también, como si fuera poco, en un tipo capaz de contar pequeñas historias con cada uno de sus platos. ¿Cómo es eso? Simple: a primera vista, sus producciones parecen simples dulces, pero al verlas de cerca uno comienza a descubrir un mundo especial.
Luego de pasar por su cocina, por ejemplo, un tiramisú puede convertirse en una obra en construcción o dos profiteroles desbordan de chocolate gracias a la aparición de un mezclador de hormigón y tres albañiles. Detalles con los que sorprende y con los que se convirtió en toda una celebridad.
"Estoy convencido de que el aspecto de un postre es tan importante como su sabor. Por eso cuidamos hasta el último detalle". El secreto de Matteo está a la vista. No hay más trucos que una imaginación privilegiada y los ingredientes y el pulso para transformar en realidad su geniales ideas.
Seguramente aquí no te resultará difícil imitarlo empleando pasta choux (la que se emplea para hacer profiteroles)
Así fue como I Dolci di Gulliver, su pastelería, se convirtió en furor. Si querés ver más de su obra y sorprenderte hacé clic https://www.instagram.com/idolcidigulliver/?hl=es
http://muy.clarin.com/muy-curioso/chef-italiano-transforma-obras-postres-147112.html
Es un maestro de la repostería que derrocha imaginación. Yo no lo conocía y me ha encantado hacerlo. Lo más curioso de su repostería es que no es difícil de realizar, en general, lo más llamativo es en lo que la convierte, parecen momentos recogidos en una fotografía. Un genio sin duda.
ResponderEliminarUn beso.
Hace tiempo que lo descubrí y no me acuerdo bien dónde pero, me encantó todas las obras comestibles que hacía. Son una genialidad.
ResponderEliminarUn besote!
no lo conocía, vaya pastelero de lujo. Gracias por compartir.
ResponderEliminarsaludos
Simplemente precioso! un verdadero arte.
ResponderEliminarmenuda chulada!
ResponderEliminarsaludos
Es un genio de la repostería. Nada más que hay que ver las obras de arte que hace con unos postres tan sencillos a la par que maravillosos. Unas simples fresas o profiteroles en sus manos se transforman por completo. El año pasado leí que con tan solo 23 años había pasado a ser un referente dentro de lo que era la cocina creativa en la pastelería por su habilidad para generar mundos en miniatura. Hasta ese momento no tenía ni idea de quién era. Besos, feliz fin de semana y estupenda Semana Santa.
ResponderEliminarun verdadero artista lleno de creatividad y buen gusto
ResponderEliminarBsos
Fantástica la creatividad de algunas personas. Una maravilla de presentaciones y desde luego el tiempo empleado no tiene precio. Bss
ResponderEliminarUn pastelero con talento y paciencia, hay que estar bien convencido de lo que cree y ama.
ResponderEliminarUn feliz domingo.
Vaya artista, que ideas más buenas.
ResponderEliminarBesoss
Qué lindo todo, super creativo, un artista!
ResponderEliminarSaludos!