Las galletitas de agua, galletitas como se le dice en Argentina (o galletas), masitas o en inglés water crackers son cuadrados planos y pequeños horneados hechos con masa de harina sin levadura y elaborado con diversas formas.
Crujientes, ligeras e irresistibles: las galletas saladas son el tentempié perfecto para cualquier momento del día. Pero, ¿sabe realmente por qué tienen esos agujeritos en la superficie? No es sólo una elección estética: detrás se esconde una sorprendente curiosidad que combina ciencia, historia y tecnología.
Para entender realmente la importancia de los crackers, debemos retroceder en el tiempo. Los crackers son descendientes directos del hardtack, un pan seco utilizado por marineros y soldados en el siglo XIX. Este pan debía resistir largas travesías y condiciones extremas: su preparación implicaba largas cocciones y agujeros estratégicos para facilitar la deshidratación de la masa.
En 1801 un panadero de Massachusetts, Josiah Bent, quemó un lote de galletas en su horno de ladrillo. El ruido crujiente que hacían las galletas inspiró su nombre (crack significa ‘chasquear’ o ‘crujir’)
Los primeros productores en adoptar esta técnica fueron los panaderos estadounidenses del siglo XIX. En 1876, Nabisco, un gigante actual del sector, inició la producción industrial de galletas saladas, perforándolas ya desde su origen para mejorar su calidad.
La función de los agujeros en la galleta
Para comprender cómo funcionan estos agujeros, es útil entender lo que ocurre mientras la galleta está en el horno:
El vapor tiende a empujar hacia arriba, creando burbujas.
Los agujeros interrumpen este proceso, permitiendo que el vapor escape y manteniendo la galleta plana.
Esto asegura un dorado uniforme, gracias a la distribución homogénea del calor.
Este mismo principio se aplica a otros productos horneados, como el hojaldre o las tartas saladas. Perforar la masa evita que se formen burbujas indeseadas, garantizando una superficie perfecta y un resultado impecable.
¿Los agujeros también afectan al sabor?
La disposición de los agujeros no es aleatoria. Las filas regulares de perforaciones garantizan una cocción uniforme en toda la superficie, evitando imperfecciones y bultos. La cantidad, el tamaño y la ubicación de los agujeros pueden variar según diversos factores:
El tamaño de la galleta.
El tipo de masa utilizada.
El crujiente deseado.
El tipo de horno empleado.
Datos curiosos sobre los agujeros de galleta
Y para terminar, estos pequeños agujeros no solo tienen una función práctica, sino que también esconden curiosidades interesantes. Aquí algunos datos que quizás no sabías:
Distintivo de marca: En muchos casos, el patrón de agujeros es único y fácilmente reconocible, casi como una firma.
Perforación personalizada: Algunos fabricantes cambian el número y el espaciado de los agujeros según el tipo de galleta, ya sea salada, integral o aromatizada.
Tecnologías alternativas en Asia: En Japón y Corea, también fabrican galletas sin agujeros, pero las hornean con vapor a alta presión para obtener el mismo efecto crujiente.
Agujeros patentados: Algunas empresas registran el diseño de los agujeros para proteger su identidad visual o con fines de marketing.
Conclusión: pequeños agujeros, grandes diferencias
Ahora ya lo sabes: esos agujeritos en las galletas no son un simple detalle. Son el resultado de siglos de práctica e innovación, un truco sencillo pero efectivo para asegurar la textura crujiente, el sabor y la óptima conservación. La próxima vez que te comas una, lo harás con una perspectiva diferente y, tal vez, hasta compartas el origen de ese pequeño gran ing
La curiosa razón por la que las galletas tienen agujeros (msn.com)