Nos dice el gastrónomo Ignacio Doménech en su “Cocina de recursos” (1941), un “recetario del hambre” que ahora se reedita en tiempos de crisis.
“En todos los tiempos de miseria, de escasez, lo esencial de todo cocinero es saberse arreglar ingeniosamente con lo que se pueda lograr, y con ello preparar sus comidas de buen gusto para el paladar”, dice el autor en este libro escrito en plena Guerra Civil.
En aquellos años, Doménech presentaba su obra como “los imposibles anhelos de un cocinero que, en tiempos de guerra, ante las realidades del hambre que ya mascábamos, soñaba a todas horas con los más suculentos manjares”.
“Cocina de recursos” (editorial Trea) es un libro de recetas escrito no solo en época de penurias, sino por un autor que de hecho las sufrió, como recuerda en su introducción el periodista Joan Sella, quien destaca que en el recetario hay de hecho “poca comida” pero abundan “la rabia, la impotencia y el ingenio”.
La más célebre de las recetas recogidas en “Cocina de recursos” es la de la “tortilla sin huevo de gallina para los casos de necesidad”, a base de harina, bicarbonato, perejil, ajo, apio, agua y unas gotas de aceite. Una docena de huevos valía era muy costosa durante la guerra.
Pero antes de entrar en materia culinaria, Doménech dedica un capítulo a los combustibles para guisar, en el que explica cómo sustituir el carbón y la madera por bolas de pasta de papel y cortezas secas de naranja y mandarina.
MUY ECONÓMICO
Otro apartado trata de la economía doméstica, desde “el despilfarro en las cáscaras de las papas” a los nabos y remolachas “que antes servían de alimento a las vacas”.
En el capítulo de carnes, el cocinero incluye más de 20 formas de cocinar la carne enlatada de buey que llegaba desde América y en el de pescado hace lo propio con los baratos arenques (sardinas), que pocas amas de casa sabían cómo cocinar y aprovechar.
Con polenta y sémola, Doménech ofrece recetas “para llenar la panza” que sustituyen a las de huevos, pasta o arroz, y el autor no olvida a los vegetarianos, aunque en esta época muchos lo fueran obligados por la escasez de carne y no por vocación.
MÁS QUE RECETAS
La segunda parte de “Cocina de recursos” hace un repaso por las experiencias del autor en distintos locales barceloneses, desde restaurantes a “hospedajes, posadas, bares y tabernas hasta las cantinas de peor catadura”, que recorrió para ver cómo se las apañaban en época de escasez.
Durante estas pesquisas, el autor encontró platos que bien podrían aparecer hoy en la carta de un restaurante “de autor”, como los buñuelos de crisantemos al ron, los girasoles rebozados o los pétalos de rosa con leche y miel.
“Son muchos los españoles que han tenido que sufrir la guerra para darse cuenta que las flores y muchas plantas que se consideraban despreciables para comer se pueden transformar en buenos platitos”, reflexiona el cocinero.
“En todos los tiempos de miseria, de escasez, lo esencial de todo cocinero es saberse arreglar ingeniosamente con lo que se pueda lograr, y con ello preparar sus comidas de buen gusto para el paladar”, dice el autor en este libro escrito en plena Guerra Civil.
En aquellos años, Doménech presentaba su obra como “los imposibles anhelos de un cocinero que, en tiempos de guerra, ante las realidades del hambre que ya mascábamos, soñaba a todas horas con los más suculentos manjares”.
“Cocina de recursos” (editorial Trea) es un libro de recetas escrito no solo en época de penurias, sino por un autor que de hecho las sufrió, como recuerda en su introducción el periodista Joan Sella, quien destaca que en el recetario hay de hecho “poca comida” pero abundan “la rabia, la impotencia y el ingenio”.
La más célebre de las recetas recogidas en “Cocina de recursos” es la de la “tortilla sin huevo de gallina para los casos de necesidad”, a base de harina, bicarbonato, perejil, ajo, apio, agua y unas gotas de aceite. Una docena de huevos valía era muy costosa durante la guerra.
Pero antes de entrar en materia culinaria, Doménech dedica un capítulo a los combustibles para guisar, en el que explica cómo sustituir el carbón y la madera por bolas de pasta de papel y cortezas secas de naranja y mandarina.
MUY ECONÓMICO
Otro apartado trata de la economía doméstica, desde “el despilfarro en las cáscaras de las papas” a los nabos y remolachas “que antes servían de alimento a las vacas”.
En el capítulo de carnes, el cocinero incluye más de 20 formas de cocinar la carne enlatada de buey que llegaba desde América y en el de pescado hace lo propio con los baratos arenques (sardinas), que pocas amas de casa sabían cómo cocinar y aprovechar.
Con polenta y sémola, Doménech ofrece recetas “para llenar la panza” que sustituyen a las de huevos, pasta o arroz, y el autor no olvida a los vegetarianos, aunque en esta época muchos lo fueran obligados por la escasez de carne y no por vocación.
MÁS QUE RECETAS
La segunda parte de “Cocina de recursos” hace un repaso por las experiencias del autor en distintos locales barceloneses, desde restaurantes a “hospedajes, posadas, bares y tabernas hasta las cantinas de peor catadura”, que recorrió para ver cómo se las apañaban en época de escasez.
Durante estas pesquisas, el autor encontró platos que bien podrían aparecer hoy en la carta de un restaurante “de autor”, como los buñuelos de crisantemos al ron, los girasoles rebozados o los pétalos de rosa con leche y miel.
“Son muchos los españoles que han tenido que sufrir la guerra para darse cuenta que las flores y muchas plantas que se consideraban despreciables para comer se pueden transformar en buenos platitos”, reflexiona el cocinero.
En especial recuerdo que allá por los 50 tenía una amiguita de 6 ó 7 años que había llegado de Italia no hacía mucho, familia atraída en esa época por esto de venir a hacer la América, al igual que muchas españolas como la mía. Recuerdo a su mamá haciendo fideos con un fierrito y buscando quien sabe qué "yuyos" por los terrenos linderos, los cuales elegía con cuidado y los guardaba en su delantal cual bolsa. Creo que los extranjeros enseñaron a esa generación a ser ahorrativos, a cuidar el peso, a trabajar duro, a arreglarse con lo que había.
http://www.taringa.net/posts/info/14104421/Como-cocinar-una-tortilla-sin-huevos-en-tiempos-de-crisis.html
me parecen superinteresantes estos libros, habrá que encontrarlos y mirarlos, aunque me parece que algunos consejos quizás se queden un poco trasnochados, creo que hoy en dia debe ser mas cara la carne enlatada que la fresca, o los huevos tienen unos precios mas que asequibles en estos momentos.
ResponderEliminargracias por compartir esta informacion
HOLA NORMA!!!, cuanto tiempo!!!
ResponderEliminarmuy interesante tu entrada , has despertado mi curiosidad
besos desde España
Muy interesante lo que cuentas. El despilfarro nunca es bueno ni en época de no crisis.
ResponderEliminarTanto mi hermana como yo somos especialmente ahorradoras. Tenemos casi 20 personas a cargo y somos maestras en esto de ahorrar.
Bss y buen finde
http://katy-parahincareldiente.blogspot.com.es/
Una gran reseña, es muy interesante saber este tipo de cosas y más en tiempo de crisis.
ResponderEliminarUn beso,
Nika
Nueva entrada: http://eldenika.blogspot.com.es/2013/10/pisto-frances-ratatouille.html
Es muy interesante lo que dices y desgraciadamente estamos a un paso de volver a aquellos tiempos, con lo cual vale la pena aprender y ahorrar
ResponderEliminarbesitos
Esta entrada me recuerda al anuncio que dán cada dia en la televisión..La mamá le dá un bocadillo sin nada a su hija..Tiene que imaginarse lo que iria dentro ..solo eso
ResponderEliminarEs una pena que lleguemos de nuevo a esto y que tanto niños se tengan que imaginar lo que vá dentro
Una interesante entrada como todas las tuyas
Gracias por siempre estar con tu cariño
Besitos mi niña
Como siempre interesante y didactica Norma, sabias el porque del nombre de tortilla española y tortilla francesa? pues viene de la escasez, en España siempre se había comido la tortilla de patatas o española como se la conoce, pero cuando nos invadieron los franceses se las comían todas ellos, los gaditanos (Cadiz)que tienen mucha gracia, empezaron a llamarle a la tortilla sin patatas "francesa" , se la comían todas los franceses jajaja, el ingenio que no se acaba !!! Besos y feliz fin de semana
ResponderEliminarHola Norma, creo que todos deberíamos estar preparados para la crisis, en todos los campos, y en el del diario comer (y preparar la comida) como se aprende a sobrevivir en caso de inundaciones o terremotos. Lamentablemente no es así pero, como yo, que vengo de un país en vías de desarrollo, desde pequeña me han enseñado a no tirar nada y reinventar platos con lo que se tiene. El tema de uso de plantas y flores es mu interesante, se debería saber más para aplicarlo más seguido en la cocina. Cariños y feliz fin de semana !!
ResponderEliminarMuy intesante lo que cuenta y es que tanto con crisis como sin ella, no se debe tirar nada. Yo intento aprovechar todo lo que sobra y si no se lo comen los animales. que también tienen que comer. Es admirable como antes la gente se alimentaba con tan poco. Un besiño, buen finde.
ResponderEliminar¡Hola Norma!
ResponderEliminarUna información y, también, un planteamiento muy interesante.
Creo que el ahorro y la mesura en la cocina es primordial, se tenga o no se tenga, estemos en época de vacas gordas o de vacas flacas...porque nunca sabes que te tiene deparado el futuro y hay que estar preparado para los "porsiacasos"
Creo que gastar más no es sinónimo de comer mejor, si no de saber utilizar los ingredientes adecuados en cada momento y no comer en exceso, solo aquello que necesitemos para ofrecer a nuestro organismo la energia que necesita.
Muchas gracias por traer este interesante tema.
Besotes y feliz fin de semana♥
Hola! Y porque no cocinar asim! Son ideas.
ResponderEliminarBuen fin de semana
Hola. Está bien pensar en ahorrar en la comida, que no es comer mal.
ResponderEliminarEn mi casa nunca se han tirado los sobrantes, "se hace una comida de aprovechamiento" y ya está.
Saluditos.
!Hola amiga¡...!que susto me llevé¡ dije y que se prepara con tornillos!
ResponderEliminar!Mira que llamar despilfarro a votar las conchas de las papas! creo él tiene razón,...además hay algo con lo que yo no estoy de acuerdo esas personas con mucho dinero y piden en los restaurantes o en sus mansiones hacen banquetes inmensos y sólo tocan la comida del plato y luego la dejan!...!que es eso¡...se les olvida cuanta gente con hambre hay en el mundo!...!y luego te salen con que son grandes altruistas y ayudan con sus ONG a las personas !por favor que es eso¡
besotes amiga y debemos poner las barbas en remojo!..como decimos en mi país!
Me gusta esta entrada, qué interesante! en esa época, el ingenio tenía que salir a flote...el libro debe estar muy bien.
ResponderEliminarFeliz finde!
http://quedateenminube.blogspot.com.es/
Yo también recuerdo ver señoras juntando yuyos en los terrenos baldios.Ahora me entero que muchos de lo que llamamos "malezas" son comestibles, por ejemplo el diente de león. Hay un autor barilochense que las llama "buenezas"
ResponderEliminarBesos
Norma,tu post muy interesante como siempre, dejas pensando......besotes
ResponderEliminarmuy interesante lo que nos cuentas.
ResponderEliminarun beso guapa.
Muy interesante el libro y, claro, no es casual que se reedite ahora pues de seguir así nos harán falta muchos consejos de este tipo. Mi suegra cuenta que cuando ella era niña no existían los basureros pues no se tiraba absolutamente nada. La fotografía, muy impactante.
ResponderEliminarUn beso
Ay pqro qué tristeza!!! Una tortilla sin huevos!!! Lo que puede el ingenio cuando hay necesidad
ResponderEliminarme parece muy interesante tus entradas.
ResponderEliminarMe quedo como seguidora.
Y te invito a que te pases por mi blog y participes en el sorteo de 4 minitallas de Avene + 1 agua termal.
Es muy sencillo.+
http://www.marienavisual.com/2013/10/avene-sorteo-minitallas-agua-termal-50ml.html
:)Gracias
Qué interesante lo que cuentas... La cocina de mi tierra es un buen ejemplo de esta cocina de la que nos hablas, es decir, con pocas cosas y la imaginación al poder, obtenemos platos muy ricos.
ResponderEliminarEso sí... una tortilla sin huevos... como que no se... jajaja.
Un besazo
Ciertamente curiosos. A ver si están disponibles. un beso, guapetona.
ResponderEliminarUna entrada muy interesante.besicoss
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