El cerebro ¿se alimenta con nutrientes específicos?

 Este órgano necesita un equilibrio en los nutrientes. En total, ¡resultan imprescindibles más de 40 sustancias diferentes! Entre ellas, los ácidos grasos omega-3 participan en la estructura del cerebro, lo que hace de él el órgano más graso del cuerpo, sólo por detrás del tejido adiposo. Para funcionar correctamente, las neuronas necesitan energía: la glucosa es el carburante principal del cerebro. La vitamina B1, presente en los cereales, verduras, legumbres y frutos secos, es como la llama que enciende el motor que permite utilizar esta glucosa.
Por último, el cerebro necesita carburante: el oxígeno. El hierro está íntimamente relacionado con la capacidad intelectual ya que transporta oxígeno a través de la hemoglobina de la sangre hasta el encéfalo. Algunos estudios han demostrado que el cociente intelectual de los hijos de madres con falta hierro es más débil. Así, hay que consumir alimentos como la morcilla o el hígado, que aporta las cantidades de hierro suficientes.

Los omega-3 son muy importantes, ¿cómo podemos saber si ingerimos las cantidades necesarias?

En realidad, pocos alimentos contienen estos ácidos grasos, lo que explica sus aportes insuficientes en la alimentación . Sin embargo, sólo hay que escoger bien los productos: 1 cucharada sopera de aceite de colza (de nuez o de soja) en una ensalada basta para cubrir la mitad de nuestras necesidades diarias. Se recomienda 2 gramos al día, para ellos hay que consumir carne de pescado, mariscos, yema de huevo, semillas, frutos secos, aceites vegetales, lechuga, pepino, brócoli

¿Qué alimentación han de seguir los jóvenes que están estudiando para los exámenes?

 Uno de los mayores peligros es el picoteo, que provoca una hipoglucemia reaccional, es decir, una caída de la tasa de azúcar en la sangre que disminuye de un 30% a un 35% las capacidades intelectuales. Así, en períodos de exámenes por ejemplo, no hay que dejar que el estrés nos domine y mantener comidas regulares y completas. Las proteínas deben estar presentes en cada comida porque intervienen en la interconexión de las neuronas.
En práctica, esto significa una porción de carne o pescado en la comida y la cena y leche para desayunar, ya que es una fuente de proteínas pero también contiene agua (para la rehidratación) y calcio (para la osificación). Por otra parte la actividad intelectual depende directamente del tiempo de sueño y de su calidad. Hay que dormir lo suficiente y evitar las bajadas de glucosa durante la noche, consumiendo por ejemplo unas ciruelas antes de acostarse.

¿Qué alimentos debemos consumir para evitar o ralentizar la muerte neuronal?

Lo más importante para las neuronas es que estén constantemente estimuladas por una actividad intelectual. Pero también deben estar permanentemente alimentadas: un aporte energético caótico hace que las neuronas sean más frágiles y puede llegar incluso a destruirlas. Determinadas sustancias consumidas en exceso como los ácidos grasos saturados (presentes en los lípidos de origen animal) se oxidan y se transforman en radicales libres, los peores enemigos de las neuronas.
De ahí que resulten interesantes los elementos antioxidantes: la vitamina E presente en los aceites vegetales, el ß-caroteno presente en las zanahorias, las espinacas y los albaricoques, la vitamina C de los cítricos y otros oligo-elementos como el selenio o el cobre.

¿Resulta caro alimentar nuestro cerebro correctamente?

No, la salud mental se reduce a un costo mínimo: el de los alimentos consumidos. Partiendo de nutrientes imprescindibles contenidos en los alimentos y clasificándolos por orden de precio, obtenemos un resultado inesperado y muy interesante. Por ejemplo, las espinacas que aportan magnesio y vitamina B9 en grandes cantidades, tienen un precio irrisorio. El magnesio limita el cansancio y contribuye a luchar contra la ansiedad, mientras que la vitamina B9 interviene sobre todo en la memoria. Los huevos aportan, por un costo mínimo, proteínas de alta calidad, ácidos grasos esenciales y vitaminas A, B2, B5, B12 en cantidades importantes.

Resumiendo:

 Una alimentación saludable y balanceada es imprescindible para disfrutar plenamente de nuestra vida

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