Dulce, salado, amargo y ácido. ¿Te suenan? Son los cuatro sabores que podemos degustar con nuestras papilas gustativas, pero existe un quinto sabor que empieza a ser reconocido entre el público nipón y que se conoce como “umami”.
Umami correspondería para nosotros, a un sabor agradable (de hecho, en japonés umami = sabroso), pero con algunos matices extra , por ejemplo, induce la salivación y su sensación aterciopelada en la lengua estimula la garganta, el paladar y la parte posterior de la boca.
Está presente de forma natural en infinidad de alimentos: quesos curados (en especial en el parmesano), jamón serrano, anchoas en salazón, salsa de soja y salsas de pescado del sudeste asiático, en el alga kombu, en espárragos, tomates y en muchas frutas maduras.
A principios del siglo pasado (en 1.908) Kikunae Ikeda, profesor de química de la Universidad Imperial de Tokio, consiguió sintetizar el MSG sigla del glutamato monosódico que es la sal de sodio del ácido glutámico, uno de los aminoácidos no esenciales más abundantes en la naturaleza. El glutamato monosódico es una sal utilizada como potenciador del sabor en muchos alimentos, en los cuales lo podemos ver como aditivo E-621, y también, puede denominarse como GMS, sal china, ajinomoto o umami, haciendo referencia al quinto sabor.
Pero el ácido glutámico se encuentra naturalmente, como vemos en la imagen anterior, en los tomates, uvas, quesos, champiñones, alga kombu y otros alimentos..
Actualmente el MSG se produce artificialmente en grandes cantidades usando una bacteria que lo sintetiza.
Como habrás visto los fabricantes utilizan el aditivo E-621 para que no pares de comer el producto por ellos fabricados, ya que su sabor te atrae a comer y comer.
http://www.umami-madrid.com/pero-que-es-el-umami/